La Cascade aux Ecrevisses, en Guadalupe
Hay una pequeña isla en el Caribe que tiene bandera francesa. Se trata de Guadalupe, uno de los departamentos franceses de ultramar, un destino soñado de sol, verde, playas y mar turquesa. Un sitio para pasar una semana entera en contacto con la naturaleza ya que además de sus playas, paradisíacas, tiene selvas tropicales para perderse.
Un paseo por la selva tropical de Guadalupe es algo obligado, toda una experiencia. Lo bueno es que en esta isla no hay serpientes o animales peligrosos así que uno puede andar sin tanto cuidado. De todas formas, la densidad de la selva impresiona, pues estamos hablando del Parc National de la Guadeloupe, una terrible jungla de 17.300 hectáreas de colinas y montañas cubiertas por un verde y espeso manto de arboles y plantas.
En el interior de este parque hay una red de senderos que recorre 250 km, los famosos traces para excursionistas, que van desde simples caminatas hasta recorridos un poco mas exigentes y agotadores, como el que sube hasta la cima del volcán La Sourfrière, a 1467 metros de altura.
Entre todos estos senderos hay uno, el primero contando desde el este, que te lleva directo hacia una hermosa y mágica cascada: la Cascade aux Ecrevisses o Cascada de los cangrejos de Río. Se trata de un salto de agua cristalina que se clava en un manantial espejado rodeado de selva verde. Es posible darse un chapuzón en este estanque así que el traje de baño es obligado.
¿Por qué la cascada se llama así? Pues porque antes había aquí muchos cangrejos de río. Está situada justo en el corazón de la isla Basse-Terre. Puedes llegar en coche desde Petit Bourg y una vez que estacionas caminas por un sendero alrededor de 15 minutos, bajando entre los arboles del bosque de helechos, tratando de no resbalar sobre el suelo húmedo, mientras sigues el curso del río Corossol.
La cascada no es muy alta, tiene apenas 10 metros, pero su entorno es tan maravilloso que vale la pena.
Foto 1: vía Flygs
Foto 2: vía Tripadvisor
Categorias: islas del caribe